QUIÉN FUE FERMÍN TORO
Fermín del Toro y
Blanco fue un Polímata venezolano. Nacido en El Valle Caracas. Alcanzó relevancia como humanista, político,
diplomático, literato, orador y docente. Fueron
sus padres Antonio Rodríguez de Toro y Barba y Mercedes Blanco, hacendados de
origen canario. Sus primeros conocimientos escolares los recibió del presbítero
Benito Chacín. A los 10 años de edad, se traslada con su familia a Caracas a
causa de la lucha emancipadora e inicia su formación autodidacta en la
residencia de su pariente, el marqués del Toro. A los 22 años entró a trabajar
como funcionario del Departamento de Hacienda, donde desempeñó cargos aduanales
en La Guaira y la isla de Margarita, regresando a Caracas en 1831. Un año
después se incorporó como diputado al Congreso Nacional, pronunciando un discurso
en memoria del Libertador, en el que planteaba el traslado de sus restos al
país. Sus primeros escritos aparecieron en 1837 en el periódico El
Liberal, con su nombre o con los seudónimos de Emiro Kastos o de Jocosías.
Posteriormente, escribió en El Correo de Caracas. En términos
generales, los temas de sus escritos fueron literarios, políticos y didácticos,
tales como Europa y América, Cuestión de imprenta y Los estudios
filosóficos en Venezuela.
También desempeñándose varias veces
como Ministro Plenipotenciario de Venezuela, como Ministro de Hacienda de
Venezuela en dos ocasiones y como Ministro de Relaciones Exteriores. Igualmente
fue dos veces Diputado en el Congreso de Venezuela y durante la crisis del
«Gobierno de la Fusión», liderado por Julián Castro, presidió en 1858, la Convención Nacional de Valencia,
que serviría para reorganizar las filas del Partido Conservador de Venezuela y
materializar una «Reforma Constitucional», que daría pie al inicio de la Guerra
Federal, durante la cual sirvió al gobierno como líder de diferentes
misiones diplomáticas para obtener financiamiento, que era necesario en
aquellos momentos en Venezuela, acudiendo a países como España, Estados Unidos,
Inglaterra, Francia, Brasil y los Países Bajos.
En 1839 fue nombrado secretario de Alejo Fortique en
la misión diplomática que el gobierno le confió a éste en la corte inglesa.
Fermín Toro permaneció hasta 1841 en Londres, donde perfeccionó sus
conocimientos políticos y sociológicos, sin dejar a un lado su producción
literaria. Una vez en Caracas, ocupó el cargo oficial mayor del Ministerio de
Hacienda, donde ejercitó sus conocimientos de economía y elaboró entre 1842 y
1844, su obra Reflexiones sobre la Ley del 10 de abril de 1834,
publicada en 1845. Durante este período se dedicó a la docencia y a colaborar
con artículos literarios en los periódicos de la época, a la vez que se
incorporó al grupo que dirigía El Liceo Venezolano, importante
institución científico-literaria. En 1842 publicó por entregas la novela Los
Mártires, considerada como la primera novela producida en el país; además
de la misma escribió La viudad de Corintio y La Sibila de los Andes.
Este mismo año presidió la comisión encargada de preparar en Caracas las honras
fúnebres al Libertador,
con motivo del traslado de sus restos desde Colombia, convirtiéndose además en
el cronista que narró el acontecimiento al escribir la Descripción de
los honores fúnebres consagrados a los restos del Libertador
Simón Bolívar
A la parte de que su
labor política y diplomática, sus aportes a las letras y la escritura fueron
notorios, con títulos como Europa y América, Cuestión de
imprenta y Los estudios filosóficos en Venezuela. Igualmente
significativa fue su labor en la docencia, además de colaborar con artículos
literarios en los periódicos de la época La fama de Fermín Toro como hombre de
letras se la debe primordialmente a sus ensayos políticos, a sus artículos
periodísticos y a sus intervenciones como orador en el Congreso.
Por otra parte Fermín Toro fue autor de varios
poemarios. Pedro Grases considera que Toro escribió sus poemas «con más fuerza
conceptual que fortuna en la inspiración».1
Además Fermín Toro redactó en 1863 el prefacio al Manual de Historia
Universal de Juan Vicente González.
En 1844 fue a Nueva
Granada como Ministro Plenipotenciario, con la finalidad de negociar un acuerdo
sobre sus problemas limítrofes. El I de abril de 1846 Fermín fue ratificado
como Ministro Plenipotenciario para efectuar en Madrid canje de ratificaciones
relacionadas con el acuerdo de paz del 30 de marzo de 1845 entre España y
Venezuela. Posteriormente, Fermín Toro viajó a España y llevó a cabo su
cometido el 22 de junio de 1846, después de haber sido recibido el día 19 por
la reina Isabel II. En abril de 1847 regresó al país, siendo nombrado de
inmediato ministro de Hacienda por el presidente José Tadeo Monagas debido a la
renuncia de José Félix Blanco. Al año siguiente se incorporó a las Cámaras
Legislativas como diputado por Caracas, pero ante el asalto al Congreso del 24
de enero de 1848, renuncia a su cargo.
HONORES PARA FERMÍN TORO
Los restos de Fermín Toro reposan en el Panteón Nacional desde el 23 de abril
de 1876.
En la actualidad muchos institutos educativos de
Venezuela llevan su nombre. Entre estos están:
·
La Universidad Fermín Toro de Cabudare,
estado Lara, Venezuela.
·
El Colegio Universitario Fermín Toro de Barquisimeto,
estado Lara.
·
El Liceo Fermín Toro de Caracas, Venezuela.
·
El Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín
Toro de Caracas, Venezuela.
·
Liceo Fermín Toro El Tigre, Estado Anzoátegui
Diversas avenidas del país, incluyendo a la
mejor conocida como Cota 905 de Caracas, llevan su nombre. Su estatua se
encuentra en el patio central del Liceo Fermín Toro y su cuadro pintado
por Antonio Herrera Toro ocupa lugar
importante en la Casa Amarilla, sede de la Cancillería venezolana. Una de las
cuatro plazas que engalanan los extremos de la Asamblea Nacional lleva también
su nombre y allí se encuentra un busto suyo.
Fermín Toro murió en
Caracas el 23 de diciembre de 1865. Al enterarse de su muerte Juan
Vicente González escribió una Meseniana donde lo califica
como El último venezolano y se lamenta de su defunción. A
continuación algunos extractos de esa Meseniana
Sus
restos reposan en el Panteón Nacional desde el 23 de abril de 1876. Fermín
Toro murió en Caracas el 23 de diciembre de 1865. Al enterarse de su muerte Juan
Vicente González escribió una Meseniana donde lo
califica como El último venezolano y se lamenta de su
defunción
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